El cabujón o cabuchón es el corte más sencillo para una piedra preciosa. Su acabado liso se utiliza principalmente en gemas sin cristal.
La palabra cabujón proviene del francés antiguo caboche que significa cabeza. Le debe su nombre a su semejanza con un cráneo. Se trata del corte de gemas más básico, que consiste en pulir una piedra en forma redondeada con una base plana.
La talla cabujón, también conocida como cabochón, es realizada principalmente a las piedras opacas. Estas, al no tener cristal, no necesitan facetas que regulen el paso de la luz para potenciar su color.
También se tallan en cabujón aquellas gemas como los zafiros de estrellas o los crisoberilos que poseen un brillo de “ojo de tigre”, y que requieren la forma de domo para resaltar sus propiedades.
Debido a su simplicidad, se dice que fue el primer estilo de talla que se empleó en la antigüedad. Con el paso del tiempo, y sumado a la fascinación por los fenómenos ópticos, se dio inicio al desarrollo de nuevas técnicas que llevaron a la creación de maquinarias de pulido y facetado para resaltar el brillo y la tonalidad de los especímenes más cristalinos.
Algunas de las piedras que se cortan en cabochón no tienen una alta dureza, por lo que se rayan fácilmente. Esto hace que la forma que más se use sea el óvalo, debido a que el ojo humano percibe menos imperfecciones así, que en piezas redondas.
Sin embargo, y dependiendo de la finalidad de la gema, es posible realizar un sinnúmero de creaciones en cabujón incluyendo facetas decorativas con o sin cristal. También, es posible encontrarlos como peras o lágrimas, cuadrados o rectangulares, entre otros.
Si su uso está ligado a proyectos de diseño o de joyería artesanal o contemporánea, son bien apreciados los cabujones en cortes irregulares que le confieren aún más unicidad a la piedra.