Dentro de la gemología, los corindones agrupan a los zafiros y a los rubíes. Estos últimos se encuentran en color rojo, mientras que los zafiros se presentan en una gran variedad de colores como el amarillo, el naranja, el rosa, el violeta, el verde y el azul. Asimismo, se les puede ver mezclando tonalidades que dan como resultado a los zafiros bicolor y multicolor.
Al formar parte de los corindones, el zafiro presenta una dureza de 9, cuyo valor es superado solamente por el diamante que tiene una dureza de 10 en la Escala de Mohs. Esto hace que su proceso de lapidación sea más exigente que en muchas piedras con menor dureza.
Los zafiros son gemas relativamente escasas. Los principales yacimientos están registrados en Cachemira, Sri Lanka, Nigeria, Myanmar, Kenia, Madagascar, Camboya y Tanzania. También se les han hallado en Australia, Estados Unidos y Tailandia.
El azul aciano está considerado como el mejor color del zafiro, cuya tonalidad tiende al violeta. Los mejores en esta gama se encuentran en la región de Cachemira, de elevada rareza. Otros altamente raros y valorados son los Padparadscha, cuyo color es una mezcla entre rosa y naranja.
Al igual que en las demás piedras preciosas, los zafiros se valoran con respecto a su tonalidad, transparencia, peso y corte. Pero, a pesar de que los tratamientos para cambiar su aspecto están muy difundidos, su precio puede ser considerablemente mayor si son completamente naturales.
Oscar Bautista.
Actualizado: Octubre, 2020.